Muchas veces cuando intentamos sumergirnos en un proceso de meditación en busca de nuestra interioridad comenzamos a descubrir un proceso de personalización desencadenado por una profunda transformación. Para entender este proceso es importante tomar conciencia de distintos niveles en el que este proceso se desarrolla.
a) Información sobre sí. Este es el nivel mas superficial, puede disponer para la transformación; pero es ambivalente, ya que se presta a la racionalización y puede reforzar los mecanismos inconscientes de defensa. Al centrarse en los datos objetivables (autoanálisis, diagnóstico de personalidad, examen de conciencia desde esquemas de perfección…), da la impresión de verdad; per es una verdad que no alcanza el corazón, la actitud espiritual.
b) Reflexión. Esto implica un cuestionamiento ¿Qué sentido tiene la existencia humana? ¿en que condiciones se desarrolla la condición humana? ¿Qué significa Dios? ¿Por qué la relación con Dios pasa por la experiencia humana? ¿Qué aportan los caminos de espiritualidad?- Esta reflexión se desenvuelve en el espacio del yo y la realidad. Necesaria para la autonomía, pero incapaz de hacernos salir de nosotros mismos.
c) Toma de conciencia. Cuando el conocimiento es iluminación, es decir descubrimiento y novedad, en que aparece lo oculto. Estaba ahí, pero no era consciente. Solo esta forma de conciencia hace que la persona cambie en sus actitudes ante la realidad. Es la diferencia entre la comprensión del contenido de un diagnostico psicológico o espiritual y el reconocimiento liberador. Aunque sea doloroso, de la verdad personal. O la diferencia entre la lectura moralista del Evangelio o preceptos y la cambia de horizonte de sentido.
d) Tomar la vida en las propias manos. La autoconciencia, a este nivel entra en una dinámica global, totalizadora, pues va más allá de decisiones particulares. Esto hace que la persona se sienta sujeto, centro personal. Coincide con la autenticidad y es la plataforma antropológica para el discernimiento espiritual, por cuanto que éste, según vimos, no consiste primordialmente en razonamientos de probabilidad, sino en vivir desde dentro, siendo fiel a sí mismo (no confundir con narcisismo o egocentrismo).
e) Conciencia concomitante, La podemos definir como vivir intensamente, ser consciente, está abierto. Esto es mucho más profundo que la reflexión, aunque no lo parezca. La reflexión supone distanciamiento, y en este punto estamos superando la distancia entre sujeto y objeto.
f) La intimidad en la relación. La autoconciencia ha sido liberada del yo en presencia del tú y se ha hecho intimidad- Autoconciencia en acto de amor, que solo es posible en la relación misma, en el encuentro. Sentirte tú conmigo y sentirme yo contigo.
g) Ser mas en si mas allá de sí. Cuando la conciencia se encuentra con el Tu Absoluto, se produce el máximo de autoconciencia, en a medida en que predomina la teoconciencia, el ser desde El, la intencionalidad teologal.
Que ocurre cuando a través de la reflexión, se descubren en uno cualidades que no se sienten como buenas, pero que tampoco se sienten realmente como algo suficientemente malo o erróneo? Es decir, que ocurre cuando se descubre en uno mismo algo que no nos gusta del todo, pero que tampoco parece ameritar el esfuerzo que implica cambiarlo? Hasta que punto debe uno buscar la perfección? Es la perfección (entendida como la realizacion absoluta de las cualidades positivas y eliminación absuluta de las negativas) realmente el objetivo de la existencia?
(perdón, me puse muy metafísico)
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You’ve got to be kidding meit’s so tnraspreantly clear now!
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