Debatiendo sobre el pensamiento
Recuerdo que unos años atrás debatimos con un grupo personas respecto de un texto muy interesante.
Comenzamos el debate tratando si es posible que las ideas unan a las personas. Encontramos que esto no es posible ya que las ideas en un grupo de personas que pertenecen a una misma ideología son todas diferentes. Las ideas no son más que imágenes, sensaciones, palabras. A veces el miedo ocupa este lugar, el miedo y el odio en común une personas frente a otras. Vean sus comunidades, países, grupos, solo basta un buen blanco a quien temer u odiar y se generará una energía inmensa.
Debatiendo sobre otros párrafos del texto que leímos surgió el cuestionamiento a la frase armada de que el Amor une personas. Antes de comenzar a hablar más del Amor preferí debatir un poco sobre si el amor es una idea, si es algo que se pueda pensar. Cuando hay pensamiento acerca del amor, ¿es eso amor?
Profundizando un poco más esta línea de pensamiento dimos vueltas en la idea de que el Amor es algo de la mente, que comienza a inundar el corazón. Finalmente cuestionamos estas ideas y muchos de los presentes no se quedaron conformes en eso y comenzaron a argumentar enérgicamente que en el Amor no hay pensamiento, que el Amor es opuesto al pensamiento. Opino que contrariamente a este último planteo el Amor requiere un nivel más profundo de pensamiento.
Un maestro decía que cuando la mente esta quieta, vacía, sin celos, miedos, cuando la mente abandona el temor y su propia realización, allí es posible el Amor.
La última reflexión nos enfrenta a la necesidad de que para poder saber qué es el amor debemos trabajar en nuestra mente, para poder comprender en su totalidad lo que significan las modalidades de nuestro propio pensamiento, de nuestros deseos, etc.
El amor está lejos del sentimentalismo y del romanticismo, no depende de nada, es un estado difícil de comprender y alcanzar, ya que la mente está interfiriendo, limitando. Tenemos que comprender primero la mente, su funcionamiento, sino, quedaremos aprisionados en ilusiones, sensaciones y palabras con muy poco significado.
Vivir, o alcanzar un estado semejante es posible cuando tengamos un amplio y profundo conocimiento de nosotros mismo.
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